sábado, 29 de agosto de 2009

LOS TRES DÍAS SEVILLANOS DE LORD BYRON

Año 1974. Se cumplen 150 años de la muerte de Lord Byron y con ese motivo, el Victoria and Albert Museum de Londres organiza una gran exposición dedicada al poeta inglés. En una vitrina, los visitantes observan extrañados una trenza de color castaño «de tres pies de largo». ¿De quién sería? ¿Alguna dama abandonada tras ser seducida por el apuesto escritor en sus viajes por Europa?
Aquel cabello conservado casi como una reliquia perteneció a una joven llamada Josefa Beltrán y forma parte de la brevísima crónica de los tres días sevillanos de Lord Byron. La mata de pelo era parte de la colección de John Murray, descendiente del historiador que editó las obras de Byron. La historia de aquella sevillana, llamada Josefa Beltrán, la relató el propio Byron en las cartas que desde Gibraltar enviaba a su madre.
Lord Byron llega a Sevilla en el verano de 1809. Tenía 21 años y había terminado sus estudios en Cambridge. Era el momento de iniciar el tradicional Grand Tour que los jóvenes pudientes realizaban por Europa. Sin embargo, George Gordon Byron no escogerá el itinerario habitual por Holanda, Alemania y Suiza hasta llegar a Italia. Él, espíritu osado del Romanticismo, elegirá el menos transitado que le llevará por Portugal, España, Malta, Turquía y Grecia, donde moriría años más tarde luchando por su independencia.

Retrato de Lord Byron.
El viaje lo hará con su buen amigo John Cam Hobhouse y sus respectivos sirvientes. Parten el 2 de julio de 1809 de Falmouth en Cornualles a bordo del barco correo 'Princess Elizabeth'. Después de recorrer Lisboa y Sintra entran en Sierra Morena el 25 de julio y llegan a Sevilla a finales de mes quedando el poeta sorprendido por el estado de las carreteras españolas y por haber tardado sólo cinco días en llegar de Lisboa a Sevilla.
La Sevilla de ese verano de 1809 es una capital turbulenta, ya que la nación se encuentra en guerra con la Francia de Napoleón y la capital andaluza es la sede del Gobierno español con la Junta Central establecida en los Reales Alcázares. «Allí pudo ver a Agustina de Aragón, paseando con cierta ostentación por los lugares más concurridos, con sus condecoraciones y medallas, por indicación de la Junta Central», apuntaba Esteban Pujals, profesor emérito de la Complutense y catedrático de Literatura Inglesa en el artículo 'Lord Byron en Andalucía' publicado en el número 196 de la revista Archivo Hispalense en el año 1981.

Casa en la calle Cruces
El edificio donde se alojó Lord Byron en aquel verano se encontraba en el número 19 de la calle Cruces –hoy el 21 de la calle Fabiola– y nada queda de aquella casa de huéspedes que fue reformada a mediados del siglo XIX. La casa pertenecía a dos señoritas solteras, las hermanas Beltrán, Josefa y Teresa, que eran dueñas de seis casas.
Según el profesor Esteban Pujals, «Sevilla le gustó a Byron, visitó los monumentos más importantes y recordó siempre la catedral como una de las más hermosas que había visto». Además, durante su estancia sevillana mantuvo una entrevista con John Hookham Frere, poeta y futuro amigo en Malta del duque de Rivas, que entonces era el embajador inglés en España.
Doña Josefa –«Donna Josefa»– era novia de un oficial del ejército español y, a pesar de ello, quedó fascinada por la belleza de Byron y le sugirió que la visitara en su habitación ya adentrada la madrugada. Pero Lord Byron no lo hizo y en la carta que le escribió a su madre le comentaba lo desconcertado que le dejó la actitud ‘descarada’ de doña Josefa. Él, que tendría una vida disoluta de libertino.
Al parecer, Josefa con zalamería se lo reprochó al día siguiente y añadió que ya había tenido a otros amantes ingleses y que era una pena porque pronto se casaría con el oficial español. Fue entonces cuando se cortó la larga trenza y se la entregó al sorprendido poeta.

Camino de Jerez
Lord Byron abandonó Sevilla el 28 de julio camino de Cádiz. Pasó por Alcalá de Guadaíra, Utrera y Jerez, donde probó un excelente vino en unas bodegas situadas en la calle San Andrés 7.
En El Puerto de Santa María vio una corrida de toros y en Cádiz –que le pareció la ciudad «más bonita y limpia de Europa»– compartió una noche de ópera en el palco de una hermosa joven, hija del almirante de Córdoba, y que algunos investigadores aseguran que pudo inspirarle el poema ‘The Girl of Cadiz’ (La joven de Cádiz).

(Artículo publicado en El Mundo el día 28 de agosto de 2009)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué pena que los periódicos no publiquen más artículos como éste en vez de tantas estupideces dedicadas a los famosillos de turno con que llenan las páginas en verano...
Enhorabuena y gracias por este delicioso recordatorio "byroniano"

Mary Wollstonecraft

ana dijo...

Completamente de acuerdo con el anónimo

Anónimo dijo...

Gracias Eva Diez Perez. Uno que acaba de llegar de Inglaterra a su Sevilla gusta de leer puntos en común de ambos sitios.

Saludos.

Alejandro G.

fran dijo...

creo que los periodicos deberia de escribir mas articulos de la historias de sevilla y no tanta politica yo creo que se venderia mas muchas gracias